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Los detectores de humo son dispositivos diseñados específicamente para detectar la presencia de humo o focos de incendio en la estancia donde se han instalado. Estos aparatos son capaces de detectar partículas suspendidas en el aire que se desprenden de una combustión inadecuada y otros gases. Su instalación y mantenimiento son factores muy importantes para su correcto funcionamiento. Un detector de humo puede suponer la diferencia entre dejar arder un edificio, por ejemplo, o pararlo a tiempo reduciendo así los daños totales, ya sean materiales o no, y eso incluye salvar vidas.
Si hay un lugar importante que nos interesa proteger a todos es nuestra vivienda. A veces el peligro no se presenta en forma de ladrones o asaltantes, sino en forma de focos de incendio potencialmente peligrosos si se convierten en fuego activo. El fuego se alimenta de oxígeno y se expande a gran velocidad. Estos focos pueden surgir por diversos motivos cotidianos. Por ello es importante disponer en nuestras casas de dispositivos de detección de humos que nos avisen en caso de detectar dicho riesgo.
Es fundamental elegir una buena ubicación donde colocar el o los dispositivos (si tenemos más de uno), ya que la alarma debe poder escucharse en todas las zonas de la vivienda. Si solo vas a instalar una alarma de humo en casa, deberás instalarla cerca de todos los dormitorios donde sea posible y no la instalarla en un sótano, la buhardilla u otro lugar donde no hayan peligros potenciales. Si solo podemos elegir una estancia, lo más lógico es elegir la cocina, que es la zona donde hay más peligros de combustión.
Estos detectores funcionan por un principio de ionización del aire, en caso de que entre humo en la cámara de detección. Los elementos detectados pueden ser invisibles a simple vista. Los detectores iónicos se instalan generalmente en la industria química más que en hogares particulares, ya que son más sensibles a fuegos de crecimiento rápido o de humo no visible.
Los detectores tradicionales se inventaron con el objetivo de avisar a las personas en caso de foco de incendio por la detección de humo. Pero con la llegada de la tecnología Wi-Fi hemos podido dar un paso más allá en este tipo de avisos, llegando mucho más lejos que una simple alarma sonora que nadie escuchará si la vivienda, local, fábrica, edificio o inmueble que sea está vacío en ese momento. Con los detectores de incendios Wi-Fi este aviso nos llegará al móvil, de esta forma estaremos al tanto de todo lo que informe el detector, estemos donde estemos.
Estos detectores, también conocidos como fotoeléctricos, funcionan con el principio de dispersión de luz. En el interior de la cámara del detector se encuentra un LED emisor de luz y un fotosensor. La luz emitida por el LED incide en un área de la cámara donde no puede ser captada por el fotosensor, esta es la condición «normal» del detector. Cuando se genera un incendio, y por tanto humo también, este entra en la cámara del detector y oscurece el medio en el que se propaga la luz emitida por el LED, esto hace que la luz de dicho emisor rebote, se disperse y se acabe reflejando hacia el fotosensor, que al recibir la luz activa la alarma. Como podemos observar, el funcionamiento es justo el contrario que el de los detectores ópticos.
Estos detectores son conocidos como ópticos porque el humo que entra en el equipo hace que se interrumpa la transmisión de un rayo de luz que hay en su interior, eso hace que se active la alarma. Son sistemas para detección puntual y existen dos tipos:
1) Detectores ópticos analógicos.
2) Detectores ópticos digitales.
Estos detectores se colocan en los conductos de extracción de aire del hogar o del local para que detecten la presencia de humo. Se utilizan sobre todo en viviendas, centros comerciales, supermercados, cárceles o bodegas, entre otros.
Estos dispositivos no son realmente detectores de humo como tal, sino detectores de incendio, ya que funciona por la fusión de un elemento cuando se alcanza una temperatura elevada. Son de detección tardía (se activan alrededor de los 68ºC) y solo pueden instalarse en locales de hasta 7 metros de altura. Generalmente, se usan cuando no puede emplearse un sistema convencional de detección de humos, por ejemplo en cocinas o garajes.
Este tipo de detector viene quipado con sensores fotoeléctricos y electroquímicos que funcionan de forma independiente. Avisa inmediatamente cuando detecta humo o altas concentraciones de CO, minimizando así las falsas alarmas. Ofrecen buena protección contra estas dos amenazas mortales.
Es aconsejable analizar a fondo cuál es el tipo de detector que más le conviene a nuestro hogar. Recuerde que con uno de estos detectores de humo en nuestra casa o nuestro local estamos aumentando la propabilidad al 85% de salvar vidas y evitar incendios antes de que se propaguen. Las ventajas son:
– Bajarán las probabilidades de que se produzca un incendio descontrolado.
– Los detectores de batería son más fáciles de instalar.
– La mayoría dura hasta 10 años, lo que te facilitará su mantenimiento y el cambio de pilas en caso que lo requiera.
– Tienen alarma si la batería está baja o en caso que necesiten mantenimiento.
– Algunos disponen de una luz que ilumina la puerta de salida, una luz que podremos ver a través del humo.
– Ganamos en tranquilidad en nuestra vivienda tanto cuando salimos como durante las horas de sueño.
Antes de responder a esta pregunta debemos tener claro de cuántos detectores de humo vamos a disponer para repartir por la vivienda. En caso de querer invertir solo en uno, nuestras posibilidades se reducen. Como ya hemos comentado, el lugar más crítico por estadística de un hogar en cuanto a riesgo de incendios es la cocina.
Por contra, si vamos a comprar varios detectores de humo debemos tener en cuenta los siguientes detalles:
1. En una casa grande (más de 150m²) con varios cuartos, instale una alarma en cada dormitorio.
2. Si se trata de una casa en dos alturas (chalets, duplex, etc) instale una alarma encima de la escalera y otra en cada altura de la casa.
3. El humo, el calor y todo lo susceptible de quemarse, se difunde horizontalmente para después elevarse hacia el techo, por lo que es conveniente instalar el detector en el centro del techo de cada habitación.
4. Si el detector no se puede instalar en el centro del techo, instálelo a una distancia de 50cm de las equinas del cuarto.
5. Si el detector se instala en una pared lateral, deberá estar a una distancia de entre 10 y 30cm por debajo del techo.
6. Si la longitud del cuarto o pasillo supera los 9 metros de ancho o de largo, necesitaremos instalar varias alarmas en el mismo espacio.
7. Si la pared o el techo son inclinados, el detector debe instalarse a un mínimo de 90 cm de distancia de la pared o en lado más alto del techo del cuarto.
Como dice el refrán popular: Más vale prevenir que curar. Si no queda más remedio que enfrentarnos a una situación de riesgo tendremos que seguir unas pautas que daremos en el siguiente apartado. Pero si hay algo mejor que saber reaccionar a un peligro, es evitarlo. Vamos a ver algunos consejos que aumentarán en gran medida la seguridad en su hogar, local o comunidad de propietarios para evitar generar focos de incendio.
1) Si fuma utilice ceniceros o algo para contener las cenizas y colillas. Nunca fume en la cama.
2) Mantenga las cerillas o encendedores fuera del alcance de los niños.
3) Almacene los productos inflamables que disponga en envases adecuados.
4) Mantenga los aparatos eléctricos en buenas condiciones y no sobrecargue los circuitos eléctricos.
5) Mantenga las estufas, calefactores y chimeneas libres de grasas, pelusas y residuos.
6) Nunca deje encendida la vitrocerámica o el horno con comida dentro si no hay nadie controlando el aparato.
7) Mantenga los detectores limpios y pruébelos con periocidad, por ejemplo, dos veces al mes, o aproveche las limpiezas generales del hogar.
8) Reemplace los detectores inmediatamente si considera que ya no se encuentra a pleno rendimiento. Los detectores que no trabajen correctamente no podrán avisarle en caso de incendio.
9) Mantenga al menos un extintor de fuego en cada vivienda y uno adicional en la cocina.
Todos esperamos no encontrarnos nunca en situaciones de riesgo, pero como decía el gran Miguel de Cervantes: «Estar preparado es la mitad de la victoria«. Para toda situación existe, o se puede preparar, un protocolo que nos ayude a reaccionar sin tener que pararnos a pensar. Esto se da especialmente en fábricas y otro tipo de empresas que tratan con productos volátiles o potencialmente peligrosos. En los casos particulares también podemos plasmar una serie de acciones a seguir en caso de que nos veamos envueltos en un incendio. Pero antes de dar estos pasos en importante especificar que si vemos que es un incendio pequeño y fácil de extinguir nos podemos tomar un momento para apagarlo, no hace falta que salgamos huyendo al primer síntoma de llama, esto no sería lógico. Vamos ya con los consejos en caso de un incendio severo:
1) Ante todo mantenga la calma e inicie la evacuación de los ocupantes de la vivienda o del edificio donde se encuentren.
2) Salga de la vivienda o el edificio lo mas rápido posible. No se detenga a intentar extinguir el incendio si ya está fuera de control, a vestirse o recoger nada, no es el momento.
3) Toque las puertas con el dorso de la mano antes de abrirlas.
4) Si la puerta está fría, ábrala despacio. Nunca abra si la puerta está caliente, esto indica que el incendio podría estar al otro lado.
5) Mantenga las puertas y ventanas cerradas, a menos que tenga que escapar por ellas. El fuego se alimenta de oxígeno.
6) Cubra su nariz y boca con un paño o un trapo (preferiblemente húmedos).
7) Tome respiraciones cortas y poco profundas. Esto también ayuda a mantener controlados los latidos y los nervios en un momento de estrés.
8) Vaya al lugar de encuentro predetermiando fuera de casa y haga recuento de las personas existentes para asegurarse de que no quede nadie dentro.
9) Llame a los bomberos o a la policía lo antes posible, pero solo cuando ya estén todos a salvo.